domingo, 14 de julio de 2013

12 de Octubre: Día de la diversidad Cultural Americana.

Directivos, equipo docente, familia, jóvenes:
Hoy nos encontramos reunidos para reflexionar sobre este día que se ha dado en llamar Día de la diversidad Cultural Americana.
El 12 de octubre, conocido anteriormente como Día de la Raza, conmemora la fecha en que la expedición del genovés Cristóbal Colon llegó a las costas de una isla americana. De allí comienza el contacto entre Europa y América, y culmina con el Encuentro de los dos Mundos, llegándose a la transformación de todas las vidas humanas, europeas y americanas.
De esta manera, aquel 12 de octubre de 1492 provocó un encuentro de culturas completamente diferentes, modificó la economía mundial y desató cambios demográficos en toda América. El siglo XVI habrá visto perpetrarse el mayor genocidio de la historia humana.  
Imaginemos el primer encuentro de dos mundos totalmente distintos. La perplejidad de aquello que era completamente opuesto. Un aborigen desnudo frente a un español recubierto de tela y metal.  ¿Cómo actuar ante semejante encuentro? ¿Qué hacer? ¿Qué decisión tomar?
¿Debían arremeter contra esas esos desconocidos? ¿O Mostrarse indiferentes y seguir su camino? ¿O más bien tratar de llegar a conocerlas y comprenderlas? Todos sabemos el desenlace de tal encuentro. No podemos cambiar las páginas de la historia, pero hoy nos enfrentamos con  la misma opción que enfrentaron nuestros antepasados: ¿Cómo debemos comportarnos con el otro? ¿Cuál debería ser nuestra actitud hacia él? La historia humana está llena de esos encuentros, o mejor dicho desencuentros que terminan en  conquistas y derrotas, en colonizadores y colonizados, en vencedores y vencidos, en guerras innumerables y campos de batallas. Todo demuestra el fracaso del hombre: no sabemos acercarnos y entender al otro. Cuantos muros se levantan para separarnos de aquellos que no nos agradan, de aquellos que no piensan igual a nosotros.
Hoy debemos reflexionar sobre lo diverso, sobre aquello que es distinto a nosotros, hoy estamos invitados a reflexionar sobre los otros. Hoy jóvenes quiero invitarlos a reflexionar sobre el otro. Entonces quizá se pregunten: ¿Quién es el otro? ¿Qué me importa el otro? El otro es todo aquel que es distinto a mí, todo aquel que se diferencia de mí. Así como también el otro son todos aquellos que se diferencian de nosotros. Para los españoles el otro era el aborigen, tan misterioso y enigmático. ¿Y para nosotros quienes son los otros? Es aquel al que llamamos negro, villero, pibe chorro, cumbiero. Es aquel que viste distinto, que no tiene los mismos gustos que nosotros. Y el otro en muchos casos nos causa miedo, porque es extraño y desconocido, porque cuestiona nuestra cultura, nuestros hábitos, nuestras seguridades.
¿Y cómo es mi encuentro con el otro? ¿Cómo nos encontramos con aquellos que son diferentes? ¿Cómo reaccionamos actualmente ante el que piensa y actúa distinto?  Llamamos bolita al boliviano, paragua al paraguayo, brazuca al brasilero, ¡cuántos calificativos discriminadores tenemos para aquellos que no se nos parecen! ¡Cuántas veces los usamos para ofender a alguien!
Los otros en verdad, son tales, pero, para estos otros, el otro soy yo. En este sentido, todos los habitantes de nuestro plantea son el otro para los otros, yo para ellos y ellos para mí. Por eso yo en algún momento me convierto en otro, vos en algún momento te convertís en otro. Y a ninguno de nosotros nos gusta ser discriminado, tratado como inferior, con desprecio, como si lo nuestro valiera menos que lo de los demás.
Afortunadamente, en todo nuestro planeta hay pruebas abundantes de una experiencia humana distinta: la cooperación, de solidaridad, de respeto, de convivencia. Para ellos el otro dejó de ser sinónimo de algo extraño y hostil, peligroso y letalmente maligno. Descubrieron que cada uno llevaba dentro un fragmento del otro. Hoy quiero  hablar del descubrimiento que el yo hace del otro. Debemos construir un mundo en el que deseemos encontrarnos con el Otro. Debemos aprender acerca del otro. Conocer sus costumbres, su lenguaje y estilo de vida. Debemos verlos, sentirlos personalmente, experimentarlos. Debemos aprender que no hay culturas superiores o inferiores, sólo hay culturas diferentes. Debemos aceptar la diversidad, no eliminarla. Pero también no solo debemos dialogar cara a cara con el otro: también debemos “responsabilizarnos” por él. ¿Cuánto sabemos de los aborígenes que ocupan nuestro territorio argentino? ¿Qué sabemos de sus costumbres, de sus ideas o de sus sufrimientos? ¿O solo nos limitamos a juzgarlos, a discriminarlos, a burlarnos de ellos por ser diferentes a nosotros?
No podemos seguir mirando hacia el costado somos responsables de nuestros hermanos, somos responsables de sus sufrimientos. No para sentirnos culpables, sino para empezar a hacer algo.
De lo contrario, cada vez más nos recluiremos, temerosos, en nuestro escondite y nos aislaremos de los otros.  
Ante el otro tenemos tres opciones: Hacer la guerra, construir un muro aislándonos, o entablar el dialogo. ¿Cuál será la opción que tomes frente al otro?
Yo la elegí, encontrarme con los otros. ¿Vos?

Bibliografía:
·         La conquista de América, el problema del otro. Tzvetan Todorov. Siglo XXI, 2005

·         “El encuentro con el otro”, Cultura – La Nación – Ryszard Kapuscinki. Domingo 4 de diciembre de 2005. 
 
;